Mercurio, el Mensajero de los dioses
Mercurio, el mensajero de los dioses, es el regente de Géminis y Virgo. Mercurio es el mensajero tanto en la Astrología como en la Mitología. Es el planeta de la expresión y la comunicación cotidiana. La acción de Mercurio consiste en desmontar las cosas y volver a montarlas. Es un planeta oportunista, decididamente impasible y curioso.
En los tiempos modernos, tendemos a “conocer” primero el Mercurio de las personas. Muchas personas establecen una conexión por primera vez a través del correo electrónico, por ejemplo. Mercurio rige si somos fluidos en nuestro discurso y/o palabras escritas, concisos en nuestra elección de palabras, o de tipo empresarial incluso en nuestras comunicaciones personales.
Mercurio no sólo rige la comunicación, sino que representa la coordinación. Los procesos de pensamiento, las ideas y la información sensorial, tanto de fuentes conscientes como inconscientes, deben coordinarse y comprenderse. Mercurio analiza, clasifica, agrupa y da sentido a las cosas. ¿Cómo manejamos la energía nerviosa? ¿Cómo expresamos y transmitimos nuestros pensamientos? ¿Cómo nos acercamos a los demás y a la información para aprender e intercambiar ideas?
Cuando “actuamos” desde nuestro Mercurio, somos inquisitivos, curiosos, comunicativos y versátiles. En el lado negativo, podemos ser muy nerviosos, quisquillosos, indecisos y demasiado técnicos.
A nivel personal, Mercurio en la carta revela la forma en que los individuos se expresan, cómo estudian y cómo procesan la información. El signo de Mercurio muestra el estilo de comunicación del individuo.
Por casa, Mercurio revela dónde buscan los nativos tener voz, así como qué áreas de la vida tienden a intelectualizar y dar mucha importancia. Mercurio da color a los planetas a los que aspecta con un deseo de comunicación e intercambio de información. Del mismo modo, los planetas a los que Mercurio da aspecto afectan a la forma en que un individuo se comunica. Mercurio prominente en una carta señala el ingenio, la vivacidad y la curiosidad.